Se siente solitario. Nadie habla, nadie grita. Nadie se ríe. Caen lágrimas y nadie lo nota. Es como si se estuviera ahogando, como si cada vez estuviera más en lo profundo. Cada instante un poco más lejos. ¿Qué queda por hacer? ¿Terminar muriendo? ¿Adelantar la muerte y acabar con el dolor de una vez? Sería injusto e innecesario. Tal vez sea preferible seguir así, tal vez lo merezca. Pocas cosas son mejores que antes. Todo, paso a paso, empeora... y nada mejora. Duele. Lastima. De todas maneras, siempre llega el momento en el que dejamos de sentir. Y eso es lo que estoy esperando.